
Mi hijo de 11 años, habla con fluidez el lenguaje de señas. El motivo es que su mejor amigo, Jaime, con el que se ha criado desde que era un bebé, es sordo.
Podremos tener diferentes facciones, culturas, estilos y hasta formas de vestirnos. Pero hay un lenguaje que todos entendemos, un lenguaje universal que no entiende de sexo, raza o clase social. El lenguaje del amor.